¿Dónde está la gente a la que diste media vida,
tal vez en unos años,
puede que sólo en días,
dónde están los besos que se dieron regalados,
los abrazos eternos,
la innombrable caricia?.
El viento no puede quedarse todo,
Ni mi vieja lavadora tampoco,
¿Acaso cohabiten en el recuerdo?,
Quizás se reencarnen en soles nuevos.
Pienso en ello desafinadamente melancólica sin esperar que al abrir la puerta ellos estén allí. Convertidos en cristales de hielo que desfilan por el aire en pasarela de tallas especiales. Copos redondos sin complejos que cambian el estado de ánimo en un momento, adornando los gorros rescatados de la meta del cajón.
Vuelve a sonreír el jornalero que no podrá cumplir hoy con su labor, total este año no le van a subir el sueldo.
Parejas en blanco y negro se iluminan al hundir sus pies enfundados en nata blanca, se aferran las manos y sellan su amor rescatado con un arrumaco que descongela el aire que los rodea.
Papá se deshiela de su ranqueante -¿ranqueante existe en el diccionario?, creo que no-, bueno de su achacosa vejez y lanza jovial bolas de nieve a su hijo, mientras éste le propone hacer “Angelitos” o un “Muñequito”.
Hay días especiales en los que todo puede ocurrir, incluso bajarse el trineo al Retiro de Madrid, días en los que nuevos mimos pueden nevar, en los que criaturas insólitas te sorprenderán.. Un amigo siempre me dice que cada día está ahí por algo y cada segundo, incluso éste, hay que saborearlo, pero…
Camarero, si no se quita la losa del lo que pudo haber sido ni siquiera podrá salir a ver lo increíblemente bella que está su ciudad.. ¿Le pongo algo o nos vamos a arrojarnos risas cuando termine su horario?.
3 comentarios:
En tu hermosa descripición no mencionas que el frío y la humedad hacen sufrir a la gente que tiene juanetes. Hoy tengo la impresión de que la nieve como todo lo que es bello merece ser observado con la distancia que da una pantalla de televisión. La distancia es anestésica. Quizá no todo deba de verse a través del cristal. A tí se te ve aún más bella cuando se te mira de muy cerca.
Tus piropos me sonrojan y tu exquisitez y cuidado me taladran el corazón una vez más Abelardo.
Gracias por no poner cristales entre tú y yo.
Un masaje en tus juanetes. Mua.
Los besos, abrazos y caricias los tienen los que fueron besados, abrazados y acariciados por ti. El viento no se queda con esas "no-cosas"...no tiene armario para guardarlos ;)
Y no, ranqueante no existe, pero renqueante sí. Tan solo una vocal te separaba del diccionario!
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